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YO SOY ESPAÑOL (1945)

El libro comienza con una serie de advertencias a los educadores por parte del autor en las que defiende la necesidad de enseñar Historia en los primeros grados para ir forjando poco a poco la formación “patriótica y ciudadana” de los niños y despertar con mensajes sencillos, a través de las grandes figuras históricas, “el amor a la patria", que  es uno de los grandes puntos cardinales de la vida”.

 

Asegura, así, que no hay edad para empezar a desarrollar este sentimiento del mismo modo que no lo hay “para que los niños quieran a sus madres”.

 

Para Agustín Serrano las epopeyas y demás episodios históricos nacionales interesan mucho a los niños, mucho más que la “Historia de las cosas” y sus vasijas o candiles, y la labor del maestro consiste en que los alumnos sientan emoción al oír las gestas históricas y desarrollen la conciencia de unidad nacional, sin importar tanto que recuerden los nombres de sus protagonistas. “Que las cosas de Dios y de España entren, como sal de bendición, en la levadura germinal de su conciencia”, añade el autor.

 

Por tanto, vemos como los objetivos son dos: inculcar desde pequeños a los niños el espíritu nacional y el amor a la patria tal y como lo entiende el Franquismo, y la educación moral, fundamentalmente basada en la religión católica.

 

 

 

Contenido

Merece la pena resaltar la última frase que el autor de este libro de texto dedica a los docentes: “Ama tú mucho a España y encontrarás recursos infinitos para enseñar a los niños que la amen”.

 

El libro consta de 32 capítulos (normalmente de tres páginas cada uno) que incluyen relatos que van desde la vida del hombre primitivo hasta la victoria de Francsico Franco en la Guerra Civil, pasando por la época romana, la España musulmana, los Reyes Católicos, la Reconquista o el descubrimiento de América.

 

Es interesante ver cómo en cada tema el autor trata de introducir de algún modo el patrimonio artístico o cultural español, citando las pinturas rupestres de Altamira cuando habla de los primeros hombres o la dama de Elche cuando habla de los avances en esa sociedad primitiva.  Además, dedica un capítulo a la “gloria de ser español” para reivindicar la figura de pintores como Velázquez , Murillo y El Greco y trata en otro la figura de Miguel de Cervantes, a quien califica como “el mejor escritor que ha habido en España” al alumbrar a un Don Quijote que “era como España: no quería dinero, quería honra”.

 

También mezcla en los relatos históricos episodios religiosos como la aparición de la Virgen del Pilar en Zaragoza o el asesinato de los Santos Niños Justo y Pastor, y en otros como el descubrimiento de América asegura, por ejemplo, que “los mejores españoles” se fueron al nuevo continente para enseñar a los nativos “salvajes”, que “se comían unos a otros”, a hablar y a rezar como en España por caridad cristiana.

 

Por último, antes de pasar al análisis por temas, hay que destacar también la constante referencia a la bondad del trabajo y la demonización de la República, durante la cual los “rojos” hicieron que se acabara la paz social, según el autor, que celebra que se levantaran contra ellos hombres “honrados y valientes” con el fin de salvar España. Al fin triunfó el “Glorioso Movimiento Nacional” por voluntad de Dios.

 

Capítulo 1: El Castigo de un pecado.

Se presenta el inicio del hombre y el pecado original para justificar todos los males. Propone al maestro que deje “profundamente arraigado” en el espíritu de los niños que todos esos males vienen por el pecado original, dando variados ejemplos.

 

Capítulo 2: ¿Te gustaría a ti vivir así?

La vida de los hombres primitivos y su trabajo les permitieron ir progresando. Hace un guiño a España al decir que “las mejores pinturas de los hombres primitivos están en la cueva de Altamira”.

 

Capítulo 3: A inventar cosas.

Detalla los avances desarrollados por esas primitivas sociedades e introduce la Dama de Elche para referirse  a las mujeres de la época, que ya sabían “ponerse guapas con sus collares”.  Como recomendación didáctica, aconseja fomentar entre los alumnos la creencia de que es el trabajo el que produce el bien y el progreso.

 

Capítulo 4: ¡España! ¡España!

Aquí presenta la patria como “muy hermosa” , con muchas flores, campos que dan trigo, aceite, vino y miel, un sol brillante y un cielo muy azul, lo que hacía que “todos los hombres querían vivir en España”. Cabe destacar entre las sugerencias didácticas el siguiente párrafo: “que se recreen los chiquitines en la contemplación y en la rememoración de las bellezas y las riquezas de su Patria; ábreles tú los ojos y el corazón, maestro de España”.

 

Capítulo 5: Hombres y fieras.

Abarca la época romana y las costumbres de este pueblo, entre las que cita el circo, que compara con una plaza de toros.

 

Capítulo 6: ¿Quién puede más: un general o un pastor?

Aparece Viriato como un luchador valiente asesinado. El autor propone relacionarlo con “el patriotismo, el heroismo y la abnegación de Franco.

 

Capítulo 7: La gracia de Dios.

Dedicado al nacimiento de Jesús y a presentar la iglesia católica, procurando “que los corazones tiemblen de emoción ante la figura adorable de Jesús”. Advierte de que no se puede hablar de él como “de un filósofo griego o de un emperador romano”.

 

Capítulo 8: La Virgen María estuvo en España.

Aborda la visita del apóstol Santiago a España y la aparición de la Virgen en El Pilar de Zaragoza. El autor demoniza a los romanos y alaba al pueblo español por persistir en sus creencias pese a las persecuciones.

 

Capítulo 9: ¿Serías capaz de hacer esto tú?

Historia de los Santos Niños que trata de acercar el cristianismo a los escolares. “Los niños murieron llenos de alegría porque daban su vida por Jesús. ¡Eso sí que es ser valientes!”.

 

Capítulo 10: Castigo de Dios.

Aparecen los bárbaros como castigo divino a los romanos. Ellos eran malos, dice el libro, pero “como los españoles eran muy buenos, ellos se hicieron buenos también”.

 

Capítulo 11: Moros y Cristianos.

Aquí se presenta por primera vez a los “moros” como unos malvados que querían hacerse los amos de España y lo consiguieron con la ayuda de traidores. El objetivo, además de resaltar la maldad de este pueblo, es provocar la “repugnancia” ante la vileza del traidor.

 

Capítulo 12: ¡Arriba España!

“Qué pena sintió España al verse dominada por los moros” dice el texto, antes de pasar a relatar la Reconquista, resaltando la figura de Don Pelayo y Don Fernando.

 

Capítulo 13: Cosas de moros.

Es un capítulo lleno de relatos, basados en la xenofobia, sobre la vida de los musulmanes. Destaca, no osbtante, el valor artístico de la Mezquita de Córdoba y la Alhambra.

 

Capítulo 14: ¡A pelear!

Relato dedicado a la figura de El Cid y a su valentía en la lucha contra los “moros”.

 

Capítulo 15: A cazar va el caballero.

Presenta la vida en los castillos y a sus señores.

 

Capítulo 16: ¿Serían bonitos aquellos pueblos?

Repaso de la vida en las ciudades amuralladas, con la explicación de su finalidad.

 

Capítulo 17: ¡Todos a trabajar!

Capítulo dedicado enteramente a poner en valor el trabajo de monjes, campesinos, obreros, comerciantes o poetas, en definitiva, del pueblo entero.

 

Capítulo 18: Los judíos matan a un niño.

En esta ocasión, las críticas se dirigen hacia los judíos, que “odiaban a los cristianos y les daba mucha rabia que los niños quisieran a la Virgen y al Señor”. Relata el asesinato de Santo Domingo de Val.

 

Capítulo 19: La Reina de España.

Ensalza la figura de los Reyes Católicos y pone en valor especialmente la conquista de Granada, que justifica porque “era de España y no era de los moros”.

 

Capítulo 20: La reina y el marinero.

El descumbrimiento de América, una tierra “hermosísima, casi tan hermosa como España”, donde Colón “clavó la bandera española y se hincó de rodillas para dar gracias a Dios”.

 

Capítulo 21: ¡Madre España!

Capítulo que presenta a los nativos como salvajes que iban “desnudos y con el cuerpo pintado”, no tenían iglesias ni escuelas y algunos de ellos “eran tan feroces que se comían los unos a los otros” y “engordaban a los niños para las matanzas, lo mismo que hacemos nosotros con los cerdos”. Pone por encima del hallazgo la colonización como un acto de caridad, y pretende que los niños sientan el honor de lo que hicieron sus antepasados.

 

Capítulo 22: La Princesa de las Naciones.

Loa al imperio español y critica a Lutero. Narra la batalla de Lepanto y celebra la victoria española.

 

Capítulo 23: La hija del Rey.

Nos habla de Felipe II como rey, cuenta su vida y su muerte.

 

Capítulo 24: La gloria de ser español.

Repaso de distintos nombres de la cultura española cuidadosamente elegidos.

 

Capítulo 25: ¡Viva Don Quijote!

El autor se detiene en Cervantes y presenta al Quijote como un caballero valiente sin miedo a nada, como la nación española.

 

Capítulo 26: Una madre pobre y triste.

“Después de tanta grandeza nos quedamos muy pobres”, dice el libro, que asegura que esto se debió a que se le dió a América lo mejor que tenía la nación, como hace una madre con sus hijos. “¡A trabajar todos y a ser buenos para que España no vuelva a ser pobre y desgraciada”.

 

Capítulo 27: Napoleón.

Narra la epopeya de la invasión francesa y la victoria española. Destaca la conclusión: “Puede más el amor que los cañones, Si amamos de verdad a España, el mundo entero no será capaz de quitárnosla jamás”.

 

Capítulo 28: Hermanos contra hermanos.

Repaso de la guerra carlista y otras contiendas civiles en España.

 

Capítulo 29: En España empieza a amanecer.

Critica al comunismo y a la República. Pone en valor la figura de Primo de Rivera, un “gran español”, y vincula el triunfo del Alzamiento con la voluntad de Dios. Según defiende, el Frente Nacional quería la paz para el país, eso sí, después de tres años de guerra.

 

Capítulo 30: ¡Eso sí que es ser valientes!

Gesta del general Moscardó. Propone el autor como frase a recordar por los niños: “Yo estoy dispuesto a sacrificarlo todo por Dios y por España”.

 

Capítulo 31: El Caudillo.

Presentación de Franco como el Caudillo: “él manda y nosotros obedecemos”. Se refiere a él como valiente, trabajador, muy religioso y muy buen padre de familia, además de amante de España. Trata de presentarlo también como cuidador de los trabajadores y los pobres. “Es el primero de los españoles. ¡Viva Franco!”.

 

Capítulo 32: ¡Soy español!

Tema que trata de inculcar, a modo de resumen, el amor por España, que es “eterna” y necesita de buenos cristianos que den su vida por ella.  “¡Arriba España”!, concluye el libro.

 

Respecto a las ilustraciones, diremos simplemente que están realizadas en tinta roja y sin relleno, en su mayor parte representan a los personajes a los que se hace referencia, aunque también a monumentos y paisajes.

 

 

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